Psicología. LA COMIDA: 11 Consejos para padres.



1. Los niños hacen los que hacen sus padres. Los niños aprenden primero por lo ven que hacemos nosotros y segundo por lo que les decimos. Si nos alimentamos sanamente, ellos también lo harán. Si nos ven comer snaks o “comida chatarra” y luego les damos a ellos un puré de calabaza señalándoles que es una comida nutritiva, reclamaran, y tendrán razón. Si somos coherentes, ellos serán coherentes, si somos incoherentes ellos serán incoherentes.
Sea un buen ejemplo para su hijo comiendo de forma saludable. La mejor forma de enseñar buenos hábitos alimentarios a su hijo es comiendo bien y sano. Coma sentado a  la mesa junto a ellos y no se saltee comidas.

2. Quien abastece la heladera?  Son ustedes quienes deciden con qué alimentos llenan la heladera y las alacenas de la cocina y cuándo se sirven en la mesa.  Es esperable que sus hijos pidan alimentos poco nutritivos (golosinas, snaks, etc.) pero son sus padres quienes deciden comprarlos o no. Los niños no se quedarán con hambre porque en su casa no hay lo que más les gusta comer, aunque puede que alguna vez sí, pero entenderán que son ustedes los que deciden cuál es la mejor alimentación para ellos, aunque ello no les caiga a veces en gracia.  Educar implica que a veces no seamos simpáticos o “buena onda”.
Si el alimento o colación favorita de su hijo no es muy nutritivo, usted puede comprárselo ocasionalmente, de vez en cuando, para que no se atiborre de ese alimento en cuanto caiga en sus manos.

3. Quién arma el menú de las comidas? Son los padres quienes deciden qué es lo que se va a preparar de comida para servir en la mesa, porque son ustedes los que saben acerca de lo que implica alimentación balanceada con todos los nutrientes que necesitan sus hijos para crecer saludablemente.
 Ocasionalmente, por ejemplo, una o dos veces en la semana, le puede preguntar a sus hijos qué es lo que quieren comer,  sabiendo de antemano que su hijo solamente podrá elegir entre los alimentos saludables que usted ha decidido tener en su heladera y alacenas, por lo tanto elegirán una comida sana.

4. Comer todo lo que está en el plato? Permita que su hijo acabe de comer cuando sacie su apetito. Esto ayuda a los chicos a escuchar su cuerpo para saber cuándo han comido suficiente. Si un niño aprende a reconocer la sensación de saciedad y a reaccionar en consonancia, aprende a no comer más de lo que debería. Es importante tener en cuenta  que si el niño no quiere comer lo que se le sirvió, no se le debe autorizar ningún alimento, para “compensar” la ausencia de esa comida.
Si la comida se pone en la mesa para que cada uno se sirva, hay que fomentar la práctica de servirse  la cantidad que se va a comer. Es mejor repetir, si se desea comer más.

5. Bebidas: Gaseosas?  Las bebidas gaseosas tienen demasiada azúcar y otros elementos que no son saludables para nuestro organismo. Por lo tanto es imprescindible regular su aparición en nuestra mesa.  Si vamos a incluirlas dentro de las bebidas, lo ideal sería que fuera de manera ocasional, una o dos veces en la semana como mucho. El agua debe estar siempre presente en la mesa.  Muchas veces he dicho cuando hablo de este tema que no lavamos la ropa con gaseosa, la lavamos con agua, nuestro cuerpo también necesita agua para realizar correctamente sus funciones.  Acostumbremos a nuestros hijos a disfrutar del agua, pero primero debemos dar el ejemplo nosotros. Los jugos exprimidos son muy  buenos nutricionalmente, algunos días de la semana también podemos incluirlos en la mesa si lo deseamos.

6. Alimentos nuevos. Cuando incorporamos un alimento nuevo puede que su hijo no lo acepte a la primera, es posible que necesite dárselo a probar en varias ocasiones antes de que lo acepte. No lo fuerce a comer, limítese a ofrecerle unos pocos bocados del alimento que desea introducir en su dieta.

7. Postre. Es importante que no convierta el postre en el plato más deseado de las comidas. Si al postre le damos la categoría de premio, entonces el niño le dará más importancia al postre que, por ejemplo,  al pastel de brócoli. Intente mantener una actitud neutra hacia los alimentos, es tan buena la pascualina como el dulce de batata

8. No confunda la comida con el cariño. Cuando se utiliza la comida para recompensar a los niños y/o para mostrarles afecto, los niños pueden empezar a utilizarla como mecanismo para afrontar el estrés u otras emociones negativas y puede ser el origen de futuros problemas de sobrepeso. En vez de recompensar a su hijo con sus comidas preferidas, encuentre otras maneras de prodigarle su cariño: abrácelo, dígale que lo quiere y/o cosas positivas, etc.

9. Tecnología. Es importante que en el momento de la comida no se encienda  la Televisión y los celulares estén fuera de la mesa, de esa manera estimularemos la capacidad para conversar y expresarse, el lenguaje hablado, y conoceremos más sobre lo que les sucede a nuestros hijos.
 Los niños tienden a querer llevarse algunos alimentos (galletitas, pan, etc.) para picar mientras están en la computadora o en la “play”, hay que dejarles claro que eso no está permitido y acostumbrarlos a que sus comidas se realicen en la mesa junto a su familia.

10. Llamada para comer.  Para avisar que la comida está servida en la mesa se lo hace una sola vez, si vemos que nuestro hijo no viene, se puede hacer una segunda llamada, porque puede ser que por una distracción el niño se haya olvidado o no la haya escuchado.  Si luego de esta segunda llamada el niño no viene, los que están sentados a la mesa deben comenzar a comer. Si termina la comida y el niño no ha venido  se le levanta el plato de la mesa y se lo coloca en el freezer, y se le dice que hasta la merienda no tiene permiso para comer. Si esto sucede con la cena, se le puede dar 3 galletitas o un vaso de yogurth, la idea es que registre que se quedó con hambre. Seguramente al otro día el niño se presente a la mesa al primer aviso.
Si nuestros hijos son más grandes, dejarles dicho con antelación el horario de la comida, para que puedan planificar sus actividades teniendo presente la hora de la comida familiar.

11. Su lugar en la mesa familiar. Cuando nos sentamos a la mesa para compartir una comida cada uno de los integrantes debería tener su lugar prefijado, su silla, su sitio en la mesa.  Cuando vienen invitados, sería importante que se respeten esos lugares. Es un simbolismo de orden interno familiar y por sobretodo, de que cada miembro de esa familia es importante e irremplazable.

Lic. María Emilia Gallardo Barreyro
Psicóloga & Grafóloga

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